Todas las cosas Meio con un enfoque específico en Chile

Proyecto Fiordos

Composición y abundancia de la meiofauna en fiordos del mar interior de Chiloé y su relación con variables ambientales y diferentes fuentes de carbono del sedimento

Sitios de estudio

Resumen del Propuesta

Entre los diferentes componentes de la biota, el bentos de fondos blandos es el mas utilizado para analizar la estructura comunitaria y estimar los impactos antrópicos o de eventos estocásticos que generan impacto en las comunidades (Warwick, 1993). La comunidad y los sedimentos (Hansen, 1994) representan una medida integrada del impacto en el tiempo. Austen & Widdicombe (2006) demostraron que la estructura comunitaria de tanto meio- como macrofauna variaban fuertemente en respuesta a impactos inducidos experimentalmente, donde la meiofauna es definida como aquellos organismos bentónicos de tamaño entre 42 μm y 1000 μm. El ambiente que mejor los representa son los sedimentos de fondos blandos de arena y fango, aunque también pueden hallarse asociado a algas y fondos rocosos, entre otros, aunque en menor abundancia. Aunque existen al menos 19 phyla de invertebrados que pertenecen a la meiofauna, los más abundantes suelen ser los nematodos seguidos de copépodos harpacticoideos y ostrácodos. En la práctica la información que proveen macro y meiofauna no son siempre cualitativamente iguales producto del esfuerzo de muestreo requerido. Para que la macrofauna pueda utilizarse como indicador de impacto, es necesario un alto esfuerzo de muestreo, lo que no siempre es posible en cruceros de investigación o incluso en estudios dirigidos a estimar impacto. Usualmente se utilizan dragas para obtener muestras con variable cantidad de sedimento, una alta variabilidad en el contenido de especies, alta presencia de especies raras y baja abundancia en casos de impacto. Por el otro lado la meiofauna presenta ventajas que incluyen el hecho de que están presentes todo el año, son naturalmente abundantes en tamaños muestrales pequeños, presentan alta diversidad y son fácilmente cuantificables. Además, no tienen importancia económica, por lo que no son directamente afectados por extracción pesquera, al contrario de numerosas especies de macrofauna. Kennedy & Jacoby (1999) demostraron que la meiofauna puede utilizarse para el monitoreo ambiental. Sus ventajas se encuentran en (1) son de pequeño tamaño, por lo una muestra de pequeño tamaño contendrá suficientes individuos para realizar test estadísticos robustos, (2) su alta riqueza de especies significa que el contenido de la información de muestras de meiofauna sea alta, (3) su distribución ubicua permite utilizar a la meiofauna como indicadores de contaminación, (4) se encuentran aún donde no se pueda encontrar a la macrofauna, (5) su tiempo generacional rápido permite que los impactos subletales puedan ser detectados con mayor rapidez que en las comunidades de macrofauna, (6) Su desarrollo bentónico directo y su forma de vida sésil significan que la meiofauna puede proveer una imagen integrada de los impactos que ocurren en un sitio, (7) la meiofauna muestra una respuesta dramática a la contaminación química, pero son (8) relativamente insensibles a los disturbios físicos, de tal manera que los impactos químicos pueden ser distinguidos de aquellos que son físicos y a (9) a que la respuesta de los diferentes taxa al enriquecimiento orgánico o a la contaminación es diferencial, siendo por ejemplo los copépodos harpacticoideos mas sensibles que los nematodos. Por otra parte, la meiofauna al poseer una alta riqueza de especies, tiempos generacionales cortos y con ciclos de vida en el bentos, así como diferentes modos de alimentación (incluso en un mismo taxa) también responden ráidamente a la disponibilidad de las diferentes fuentes de alimento. Por ejemplo, en el caso de nemátodos se encuentran especies bacteriófagas, fitófagas, detritívoras, carnivoras e ioncluso suspensívoras. Reflejando su abundancia la disponibilidad de las respectivas fuentes alimentarias (Danovaro et al. 1999).

La fauna bentónica en general es uno de los eslabones más importantes en el flujo de materia orgánica entre la columna de agua y el suelo marino. En particular, la meiofauna metazoaria ha sido reconocida actualmente como un componente relevante en la dinámica de flujo de energía, siendo considerada en la trama trófica bentónica el equivalente al rol que posee el zooplancton en la columna de agua, pudiendo mediante su potencial bioperturbador en las capas superficiales del sedimento promover la disgregación de la estructura sedimentaria y liberar así el carbono orgánico disuelto. Aunque en las zonas costeras la biomasa de meiofauna es menor a la de la macrofauna, su mayor tasa de renovación (P/B) hace que ella cumpla un rol proporcionalmente mayor en la transferencia de energía (Sellanes et al. 2003).

En Chile existen escasos estudios sobre estructura comunitaria de meiofauna (Fernández et al., 2000; Lee et al., 2008), la mayoría de los cuales se restringen a ambientes intermareales del sur de Chile (e.g. Clasing, 1976; Clasing, 1983; Clasing, 1986; Asencio et al., 1993; Asencio et al., 1995; Rodríguez et al., 2001), a un par de estudios en el submareal costero del centro (Neira et al., 2001b; Sellanes et al., 2003 Sellanes & Neira, 2006 Veit-Kohler et al., 2009) y a su utilización como bioindicador de contaminación (Larraín et al., 1998; Lee et al., 2001, Lee & Correa, 2005 Lee et al., 2006 Lee & Correa, 2007 ). Stead et al (2011) evaluaron la abundancia y diversidad de la meiofauna a nivel de taxa superiores (i.e. Phyllum, Clase, Familia sensu Giere, 2009b) en sectores de fondos blandos de la zona costera ubicada entre el estuario del Reloncaví y la boca del Guafo, al sur de la Isla de Chiloé, comparándolos con variables sedimentarias como tamaño de grano y contenido de materia orgánica en sus componentes de pigmentos cloroplásticos, proteínas, lípidos y carbohidratos, observándose la dominancia de 15 taxa que alcanzaron una abundancia promedio 2 máxima de 15000 individuos en sólo 10 cm . Tal abundancia solo podría explicarse ante la separación y diversidad de nichos, con recursos alimentarios muy diversos. Por otra parte se observó la dominancia (>50%) de nemátodos en la mayoría de las estaciones (20 de 24), aunque en algunos casos se observó dominancia de foraminíferos o de poliquetos. Sin embargo Stead et al (2011) no observò relación clara entre meiofauna total o alguno de sus componentes con la materia orgánica total, componentes bioquímicos tales como proteínas totales, lípidos y carbohidratos. Ello podría ser el resultado de que los fiordos presentan un alto contenido de material terrígeno y hojas arrastrado por los rìos y cuyo contenido es altamente refractario y por ende escasamente biodisponible, por lo que es necesario identificar la proporción biodisponible de materia orgánica, en particular de aminoácidos, ya que el mayor componente corresponde a proteínas.

El objetivo principal de este estudio es evaluar la abundancia, diversidad y riqueza de los diferentes taxa de la meiofauna a nivel de especie (para el caso de nemátodos, el grupo mas abundante) o nivel taxonómico superior posible en sectores de fondos blandos de la zona costera del Seno de Reloncaví, Golfo de Ancud y Golfo de Corcovado, así como en los fiordos de la zona de Chiloé continental, comparándolos con variables sedimentarias y relacionadas a las diferentes fuentes de alimento potencial: fitodetrito, detritus,y sus componentes bioquímicos, separando la materia organica refractaria de aquella biodisponible.

Referencias

Asencio G., Clasing E., Herrera C., Stead R. & Navarro J.M. (1993) Copépodos harpacticoideos de las comunidades de Venus antiqua y Mulinia sp. en la planicie mareal de Yaldad, Quellón, Chiloé, Chile. Revista Chilena de Historia Natural, 66:455-465.

Asencio G., Clasing E., Herrera C., Stead R. & Navarro J.M. (1995) Larval development of Amphiascopsis cinctus Claus, 1866 (Harpacticoida, Diosaccidae) and Laophonte parvula Sars, 1908 (Harpacticoida, Laophontidae). Revista Chilena de Historia Natural, 68:283-301.

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